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                                     ¿El final del neoliberalismo?     Existe una suerte de provincianismo teórico en algunos comentaristas de la realidad política chilena que los conduce a suponer que lo que ocurre en el país resulta determinante para el resto del planeta o que supone un síntoma decisivo de procesos globales del mundo contemporáneo. Desde esta perspectiva son capaces de sostener que en la misma medida que el neoliberalismo nació en Chile, también estaría comenzando a desaparecer aquí como consecuencia del estallido social de octubre de 2019.  La primera hipótesis es conocida. Tiene que ver, como sabemos, con los chicago boys y el proyecto político económico de la dictadura de Pinochet. Aunque incluso se ha llegado a sostener que el neoliberalismo chileno y mundial empezó en la redacción del periódico El Mercurio a fines de la década del sesenta. La segunda hipótesis deriva de este supuesto siguiendo una lógica muy sencilla: el modelo neoliberal debería sucumbir en el

Publicación de libro sobre Poshegemonía

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Rodrigo Castro Orellana (Ed.)  Poshegemonía.  El final de un paradigma de la filosofía política en América Latina. Madrid: Biblioteca Nueva, 2015.  Vivimos una época de fenómenos políticos nuevos.  La aparente solidez de las estructuras hegemónicas del neoliberalismo global se ha visto socavada por formas emergentes de participación y movilización ciudadana que ya no encajan en los parámetros de las ideologías tradicionales de la modernidad. El pueblo parece irrumpir saturado de demandas y necesidades insatisfechas que evidencian una incapacidad de las instituciones de la democracia occidental para asegurar un espacio de legitimidad. Esta nueva realidad, observada inicialmente en América Latina, ha dejado de estar circunscrita a las naciones de la región, para expandirse y convertirse en el horizonte de nuestro presente. En este contexto, no debe sorprendernos que se produzca un renovado interés teórico por la política como conquista de la hegemonía y por el fenómeno del pop

A propósito de una noticia (Pinochet ha muerto)

Poca Muerte Palabra que ha muerto, Que ha muerto es la palabra. Poca palabra, poca muerte Para ser sinceros Pero, qué palabra más se podría haber pedido A aquel que mató toda palabra Y qué muerte exigirle Al que las inventó todas y cada una Creo que la palabra le venía del intestino Y caía como bota, como plaga. Para eso mejor morir la palabra Y quedarse con este silencio de trueno. Palabra que ha muerto, Que ha muerto es la palabra. Ahora su cuerpo se arrastra En la vergüenza de la noche Dejando a la muerte sin palabras (Y algo se fisura en el olvido) ¿Qué haremos para zurcir nuestra alma degollada? Poca muerte, pocas cenizas Y mucha memoria para poder soñar algún día.

Palabras para pensar III

"Hoy, como siempre, el escritor tiene que hallarse en guardia frente al peligro de la vida soporífera y dispuesto a su tarea esclarecedora de retóricas y percutora de la verdad. Lo peor que puede ocurrir a una sociedad es que en medio de sus males el escritor sea el primer anestesiado y que no quede nadie en ella capaz de cumplir el papel del tábano socrático y de afrontar la cicuta. Alcanza al intelectual el inexorable destino de aguafiestas que, claro, no puede sino ser odioso a los celebrantes del carnaval" Jorge Millas

Palabras para pensar I

“ La historia de los hombres es la larga sucesión de los sinónimos de un mismo vocablo. Contradecirla es un deber” René Char